Lo negativo de las resoluciones de año nuevo
Este año voy a dejar de…
Este año voy a empezar a…
Este año finalmente voy a …
Así es como normalmente escribimos nuestras resoluciones de año nuevo. Nos enfocamos en algo que no tenemos o que nos falta y lo marcamos en una larga lista de metas que tenemos para el próximo año ¿Por qué no? El primero de enero marca un nuevo comienzo, en el primero de enero podemos reinventarnos.
Escribir las resoluciones de tal forma parece inocente pero la verdad es que termina perjudicándonos; pues nos hacemos valer por lo que vamos a conseguir y no por lo que hemos hecho. De alguna manera ponemos la felicidad en una versión futura de nosotros mismos y no en el presente. Subconscientemente nos decimos que no somos suficientes.
Por supuesto, esto no lo hacemos a propósito, las resoluciones las hacemos buscando lo mejor para nosotros mismos. No veo nada malo en ponernos metas, sin embargo, con lo que no estoy de acuerdo es la forma en la que lo hacemos, como silenciosamente atacamos nuestro autoestima. Quizás exista una manera más positiva y motivadora de plantear nuestras resoluciones.
El “yo” que debemos resaltar
La terapia narrativa, una escuela de psicoterapia, tiene una regla de oro: “no etiqueten a los pacientes por su condición”. La terapia narrativa establece que al etiquetar al paciente se contribuye más a la enfermedad que a la cura. Si te digo que sufres de depresión vas a internalizar esta narrativa, una y otra vez te vas a contar la historia en la cabeza validándote que estas deprimido. Somos las historias que nos contamos y echarle leña al fuego puede ser bastante dañino.
Algo similar ocurre con algunas resoluciones de año nuevo; nos decimos que no somos “X” o que nos falta algo, creamos una historia negativa de nosotros mismos. Y si esta historia la repetimos una y otra vez podemos llegar a crear una identidad negativa de nosotros mismos. Por supuesto, es algo exagerado decir que solo por este hecho vamos a quedar deprimidos pero si hay cierto daño que nos podemos hacer al pintar nuestro ser negativamente.
Bajo esta filosofía la terapia narrativa busca separar la identidad destructiva que el paciente ha creado de si mismo para poder tratarlo. Ojo, la terapia narrativa no busca que el paciente ignore sus problemas y los esconda bajo la alfombra, la terapia narrativa busca separar la identidad negativa del paciente para crear una nueva. Hay cualidades positivas que el paciente tiene que puede que no este viendo, cualidades que puede estar ignorando ya que le da prioridad a lo negativo. Por ejemplo, alguien que sufre de depresión quizás no ve que sus seres queridos aprecian lo bondadoso y cariñoso que es. Con lo negativo en frente nos cegamos de ciertas cosas que nos hacen especial.
La premisa con que se guía la terapia narrativa es simple y bastante efectiva ¿Cómo le doy prioridad a mis cualidades positivas para salir adelante? Aunque esto es practicado en la psicoterapia muy pocos aplican esta premisa en su vida personal (y resoluciones de año nuevo por supuesto). La mayoría de las veces decidimos trabajar en nuestras debilidades y enfocarnos en lo que no tenemos.
Jugando a nuestras fortalezas
Messi es uno de los mejores delanteros del mundo. Lo ames o lo odies no puedes negar su talento, pero ¿qué tan bueno sería Messi como defensa? Seguro no muy bueno ¿Debería entonces Messi trabajar en sus habilidades como defensor?, ¿para qué? Eso seria desperdiciar los talentos de uno de los mejores goleadores del mundo.
La clave del éxito está en jugar a nuestras fortalezas. Con tiempo y recursos limitados es mucho más inteligente enfocarnos en aquellas cualidades que van a sacar lo mejor de nosotros. Piensa en aquellos momentos en que trabajaste en algo que no te gustaba o en que te consideras “malo”. Hacerlo seguro requirió de un esfuerzo extra y el resultado que entregaste quizás no fue el mejor dejándote drenado y frustrado. Lo contrario ocurre cuando trabajas en algo que te gusta y sabes que eres bueno: el tiempo pasa volando y el resultado es más que satisfactorio.
En mi opinión muchas veces las resoluciones de año nuevo no toman en cuenta nuestras fortalezas, preferimos enfocarnos en aquellos aspectos que necesitamos mejorar en vez de aprovechar nuestros talentos.
Pero por supuesto, para exprimirle el jugo a nuestras fortalezas necesitamos primero descubrirlas y da la casualidad que la mayoría de las personas no ven ese je ne sais qoi que los hace especial. Solo un tercio de las personas, y así lo confirman varios estudios, puede nombrar sus fortalezas cuando se les pregunta en encuestas. Al no realizar o ver nuestras destrezas o capacidades nos privamos de nuestra propia grandeza. Aún peor, no llegamos a conocer la mejor versión de nosotros mismos lo cual puede ser un golpe a nuestra autoestima.
Pero no hay que alarmarse, este problemita tiene solución. Existe un sinnúmero de pruebas que uno puede tomar para averiguar de una manera detallada las fortalezas que uno posee. Yo recomiendo Strengths Finder 2.0. También esta el libro de Simon Sinek Start With Why para descubrir eso que nos apasiona.
Una nueva manera de escribir resoluciones
Esto es lo que propongo, escribir resoluciones que se enfoquen en la mejor versión de nosotros mismos. Construir sobre lo que ya tenemos en vez de hacer énfasis en lo que nos hace falta.
La idea de este tipo de resolución es valorarnos por lo que somos y buscar alcanzar nuestras metas utilizando aquellos atributos que nos hacen especiales y únicos. Por ejemplo, una de las habilidades que yo poseo es poder ver entre líneas. Observar e identificar fenómenos que pasan desapercibidos por los ojos de muchos. Una de mis resoluciones es buscar nuevas formas de explotar esta habilidad.
Nuestros rasgos positivos también son armas que podemos utilizar para alcanzar las clásicas metas que nos ponemos en año nuevo como bajar de peso. La idea es preguntarnos “¿Cual de los rasgos que poseo puede ayudarme a cumplir mi meta?”. Saber que contamos con armas para alcanzar nuestras metas nos hace ver que nuestros sueños son alcanzables; nos da también un mapa estratégico para cumplir nuestras metas.
Planteo crear un foco en donde podemos vernos con una luz más positiva. Una de las principales causas de infelicidad es no estar agradecido con lo que tenemos. Agradece lo que tienes, construye sobre lo que tienes y empodera tus resoluciones.
Feliz año,